... y mientras todos votaban y hacian la democracia, Laura escribia un cuento
Saque la credencial, y la vi por unos momentos. Recuerdo cuando fui a tramitarla y Chez me acompañó. Chez solía hablarme poco pero al final de la escuela crecía su entusiasmo por saber cosas sobre mi. Me dio risa cuando me dijo de su tirada era ser político, "tú?" "y por qué no?" me contestó. No quise hacerle notar su carencia de carisma y nulo conocimiento en historia del país, no digamos de la región así como sus problematicas, claro pero a poco eso se ocupa para ser electo a un cargo político; ja y doble ja.
Desde niña había estado involucrada en la mediocre escena política de mi miniciudad, mi abuelo un priísta de hueso colorado me había inculcado el amor a la patria, al partido pero no al mono en turno que lo representaba, "todos son unos hijos de la chingada", tenía razón.
En dos ocasiones, bajo la contienda electoral para elegir presidente municipal, la casa de mi abuelo había sido asaltada por la cólera panista de las doñas que abarrotaban la iglesia de la colonia, cuyo padrecito en la misa de doce había aventado pestes en contra de mi familia materna, dando absolución a las almas que le dieran en la torre a los que no coincidían con la bandera de ultraderecha, viva Cristo Rey y la democracia...
A mis treinta, he vivido los "gobiernos" panistas, perredistas y priístas, en diferentes niveles, pero bajo las mismas condiciones. Ellos y nosotros, ellos y los jodidos y agachones (como bien diría mi querido Rius).
Viví la deforestación indiscriminada de la ciudad, la glorieta que costó millones, la muerte y desaparición de personas (no sólo periodistas) que señalaban la descarada cleptomanía de los dirigentes, viví y aun a veces vivo la violencia a plena luz del día, los militares paseándose arma en mano, los abusos de autoridad sobre la juventud que no tiene mas que de dos sopas, ser como ellos y ser jodido y agachon. He vivido la pendejez culturosa que idolatra la "revolución" de escritorio y que vive por y para servirse del gobierno, los bombazos, la discriminación, la intolerancia, la falta de oportunidades, la pandemia de la influenza, el paso del EZLN, la ineptitud, pero sobre todo el silencio. El "aquí no pasa nada", porque igual mañana nos levantaremos a la misma hora tomaremos el colectivo, y saldremos a trabajar de 8 a 12 horas diarias por una paga miserable que apenas nos ayudará a subsistir. Aguantaremos abusos, y no diremos nada, por que la formula es sencilla: "si alguien dice algo, y le va bien, lo seguimos. Si le va mal, nadie lo conoce".
Igual hoy, las casillas están solas, no hay ni siquiera votos nulos, se gastaron 45 millones de pesos de los cuales no habrá reembolso, parte de este presupuesto se otorgò a los partidos con la finalidad de promover su candidatura, y todos se preocupan por la morra que sale en la campaña del PRD, mientras el país sigue en tinieblas (aer si viene el santo o minimo el rayo de jalisco). El recurso a la cultura, la ciencia y el deporte se reduce, pero hay que mantener a casi 500 diputados que poco o nada hacen por el bien de la poblaciòn, claro esta que la poblacion tampoco les exige demasiado.
Hoy saquè mi credencial, esa que me sirve para entrar al antro, para cambiar el cheque de mi raquitica quincena o que me piden cuando hay reten militar. La observé y me di cuenta que nunca fui perredista, priìsta o panista, vi mi foto y me di cuenta que mas que otra cosa soy humanista (y defensora de los animales,... no te sientas mal Yeyo)... entonces decidí escribir un cuento.
Desde niña había estado involucrada en la mediocre escena política de mi miniciudad, mi abuelo un priísta de hueso colorado me había inculcado el amor a la patria, al partido pero no al mono en turno que lo representaba, "todos son unos hijos de la chingada", tenía razón.
En dos ocasiones, bajo la contienda electoral para elegir presidente municipal, la casa de mi abuelo había sido asaltada por la cólera panista de las doñas que abarrotaban la iglesia de la colonia, cuyo padrecito en la misa de doce había aventado pestes en contra de mi familia materna, dando absolución a las almas que le dieran en la torre a los que no coincidían con la bandera de ultraderecha, viva Cristo Rey y la democracia...
A mis treinta, he vivido los "gobiernos" panistas, perredistas y priístas, en diferentes niveles, pero bajo las mismas condiciones. Ellos y nosotros, ellos y los jodidos y agachones (como bien diría mi querido Rius).
Viví la deforestación indiscriminada de la ciudad, la glorieta que costó millones, la muerte y desaparición de personas (no sólo periodistas) que señalaban la descarada cleptomanía de los dirigentes, viví y aun a veces vivo la violencia a plena luz del día, los militares paseándose arma en mano, los abusos de autoridad sobre la juventud que no tiene mas que de dos sopas, ser como ellos y ser jodido y agachon. He vivido la pendejez culturosa que idolatra la "revolución" de escritorio y que vive por y para servirse del gobierno, los bombazos, la discriminación, la intolerancia, la falta de oportunidades, la pandemia de la influenza, el paso del EZLN, la ineptitud, pero sobre todo el silencio. El "aquí no pasa nada", porque igual mañana nos levantaremos a la misma hora tomaremos el colectivo, y saldremos a trabajar de 8 a 12 horas diarias por una paga miserable que apenas nos ayudará a subsistir. Aguantaremos abusos, y no diremos nada, por que la formula es sencilla: "si alguien dice algo, y le va bien, lo seguimos. Si le va mal, nadie lo conoce".
Igual hoy, las casillas están solas, no hay ni siquiera votos nulos, se gastaron 45 millones de pesos de los cuales no habrá reembolso, parte de este presupuesto se otorgò a los partidos con la finalidad de promover su candidatura, y todos se preocupan por la morra que sale en la campaña del PRD, mientras el país sigue en tinieblas (aer si viene el santo o minimo el rayo de jalisco). El recurso a la cultura, la ciencia y el deporte se reduce, pero hay que mantener a casi 500 diputados que poco o nada hacen por el bien de la poblaciòn, claro esta que la poblacion tampoco les exige demasiado.
Hoy saquè mi credencial, esa que me sirve para entrar al antro, para cambiar el cheque de mi raquitica quincena o que me piden cuando hay reten militar. La observé y me di cuenta que nunca fui perredista, priìsta o panista, vi mi foto y me di cuenta que mas que otra cosa soy humanista (y defensora de los animales,... no te sientas mal Yeyo)... entonces decidí escribir un cuento.
Comentarios
Uno donde los protagonistas seamos los jodidos (que ya no agachados).
Abrazo ciudadano.
por el menos malo?, pero si todos son iguales, pero lo que me castra es la bola de señoras que dicen que para las elecciones del 2012 van a votar por Peña Nieto porque está bien guapo y se va a casar con la estrellucha de cuarta, ash! como odio eso.
No piensan en nada, solo en idioteces.
Que coraje me da, por eso seguimos hundidos en el lodo.
PD.- ¡Malditos Thundercats!