Ejercicio No. 1 Soledad. (Letras)



Dejé de fumar porque todos los cigarros me saben a tu ausencia.

La ventana sigue abierta aunque se metan los moscos; aunque la vecina siga gritando tu nombre cuando llama a su hijo; no puedo cerrarla hasta no sentir la primera brisa de la aurora anunciando que sobreviví tu abandono y la abstinencia de fumar una noche más.

Sigo leyendo los libros que compramos juntos, viendo los mismos programas y riendo de los mismos chistes. 

Sigo pensado que llegaré tarde para encontrarme contigo en la puerta del cine.

He dejado de darle cuerda al reloj de pared que nos dio tu padre, secretamente quiero detener el tiempo. Todos dicen que debo de seguir, avanzar, cuando lo que realmente quieren es que olvide, que olvide que no estás, que te fuiste sin lanzar ninguna señal de advertencia, que no volverás. Olvidarte es negar que existimos, es negar que el amor se salió por la ventana, es olvidar que no la cerramos con la esperanza de que ese amor regresara.


Este es el único modo de recordarme que la muerte me arrancó tu presencia, no quiero dejar de llorar y sentirme sola y estúpida en el comedor frente al pan tostado y la taza de té, no quiero tender la cama para eliminar tu olor y tus huellas, ni perder la última mirada que me diste al partir.


No quiero saltar por la ventana porque soy al final de cuentas la única certeza de que nosotros existimos. No voy a llorar, solamente dejé de fumar porque todos los cigarros me saben a tu ausencia.

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