Finalmente


Después de un año sabático, decidí comprarme un escritorio. Es difícil escribir cuando no se tiene donde, pezfueradelagua.

No puedes escribir en la oficina porque el jefe o los compañeros se entrometen (y con mis múltiples chambas cuesta trabajo saber en donde escribí qué).

La cama se vuelve el constante recuerdo de tu olor, y no quiero sonar cursi (aunque inevitablemente lo sea) nuevamente ni escribir pseudopoemas.

La mesa cocina se llena de cuestionamientos familiares, donde se pone en duda mi sanidad mental, como parte de la rutina cotidiana.

No es que no quisiera escribir, pero recuerdo perfectamente todas las historias y pseudo poemas que hilvané en mi cabeza en todo este tiempo, a decir verdad era otra cosa, esa querer sentirse otra cosa, era querer sentir otra cosa. Y esa cosa es inevitable no sentirla cuando existe un ausencia (o varias), pero ese es otro cuento.

Ahora mi escritorio tiene la primer mancha de café, el primer cenicero (limpio que ya no fumo) y un montón de cosas por decir.

Erase una vez...

Comentarios

la MaLquEridA dijo…
¿Y las vas a postear? que padre tengas escritorio nuevo y sigas con muchas ideas.



Saludos.
Isabela dijo…
literal: eres la musa culpable de que haya decidido abrir mi blog y haya rayado palabrejas.
ash disculpa que mis lineas se lean lenchas, tu sabes jajaja

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