el retorno de miss A. (o cómo odiar sin ser odiado)

A dos pasos de mandar a la chingada a todos y todas (no vaya yo a leerme misógina), estoy en un punto de no regreso en mi vidita loca.
¿Qué a usted qué le importa?, Nada, y tiene toda la razón. Pero déjeme recordarle que al momento de entrar a este blog, cedió un poco de su razón y tiempo para leer lo que a su loca escribiente se le pego la gana redactar.
Así la cosa

Por tal motivo no acepto quejas, ni juicios preliminares, pero dejaré que le invadan las muecas de sufrimiento absoluto al no entender un carajo de lo escribo, amo cuando usted querido lector pone cara de "esta ya perdió el poco juicio que tenía", esa cara mas suya que mia, pero que yo provoco. Una mueca torcida, chueca, que rompe con la armonía de su serenidad y me llena de vanidad absurda como si en algún momento yo, su escritora incipiente, supiera realmente de literatura, ha!

Igual le amo
ojala me ame de retorno...

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