Al lado del camino...

No conozco a nadie
que mienta como tú






No siempre es ganar,
Uno, dos, tres batallas,
Esa maldita idea occidental de ser el mejor,
Me basta con ser yo y hasta ahí todo está bien.

Yo y mi corazón de hotel,
Yo y mis sueños,
La sobreviviente de tu destrucción,
El ave fénix, tu amiga y tu adversario.

Aquí me tienes para romper las olas de tu risa
Para opacar el sol de tus lágrimas
Ya sabes que amo despertar con tu recuerdo
Y pensar que estoy viva para contarlo

Conformista me llaman, me gritan, me señalan,
Sí, yo acumulo sólo besos y sonrisas, quizás algún boleto de autobús
El estado de cuenta de mi vida se calcula
Por coincidencias, abandonos y reencuentros.

¡Basta de oír el silencio!
Basta de creer en los sueños
Yo propongo hacernos la peor pesadilla de los soñadores
Y ser…, ser sobre las ideas comunes y dejarnos el corriente,
Ser sobre el mar de tu cama y jugar en el borde de las sábanas
Pensando siempre que ese es el borde del mundo.

Abre mis ojos, mis brazos,
Ábreme toda, como la tierra a punto de ser sembrada
Déjame recorrer la cordillera de tu cuerpo
Escalar tus cimas y caer en tus precipicios
Búscame debajo de tu almohada
Piérdeme entre la gente
Encuéntrame dentro de la pasta de dientes
Y en los espejos de los hoteles de paso

Déjame oírte de nuevo
Déjame para que puedas regresar
Esto no es un final ni principio
Es la mitad de la existencia, de un amor que no conocemos
Pero que nos palpita hasta la médula cuando estamos frente a frente.

Mientras ese ritual llega
Yo voy a un lado del camino,
Voy por el lado contrario de la vida
Ahí me encuentras, a veces una, a veces “ellas”
No te espantes, todos tenemos pecados inconfesables
Yo, más que nadie, más que ninguna
Yo que no espero el perdón de nadie,
Pero sí tus ojos y el frío de enero