Bitácora de un barco hundido

DIA 14
Como siempre, limpio la cubierta. Me cargo de paciencia, y tiro por la borda cualquier signo que pueda incomodarte, me guardo en los bolsillos alguna nota, palabra o gesto que me hagan sonreír, y me cuido mucho de que no te des cuenta de ello. El viento me acaricia el pelo, izo las velas mientras tu tomas el mando. Sonrío cínica… ya se, ya se.

DIA 29
A penas abro los ojos y se que los sueños me pellizcan los brazos. Me pregunto como es posible que el oleaje imite tu ir y venir, (sublime) entre mis costillas entre mis piernas, acepto que no me gustas, pero en tus ojos hay algo. Mientras mis pies cuelgan por la borda se que puedo ser feliz, un poco, casi nada, sonreír los martes por la tarde no esta tan mal.

DIA 48
Silencio… es increíble que no recordara que existen ciertas letras que no tienen sonido alguno, pero son indispensables para que una palabra sea. Me gusta que tu nombre comience con esa letra, porque es todo tu. Silencio…
Aunque por las noches salto por la proa cuando mis oídos necios prestan atención al mar y las sirenas, salto por la proa y tu no te das cuenta. Regreso en la madrugada con juegos nuevos para jugar.

DIA 63
Mareo. Sé que deberíamos salir tú de mi; yo de ti. No lo sé… Placer? Me gusta. Escribimos mucho, casi siempre, casi todo, nos escribimos cartas por las noches, letras-mentiras, sencillas, siniestras, noches de Abril y una ventana abierta. (No seas necio hablo de ti)

DIA 85
Te veo escribiendo cartas. No son para mí. Porque yo estoy a tu lado y tu tan lleno de ti, no te das cuenta. De repente esto se llena de náufragos, que insistimos en salvar… Mientras tú y yo ahogándonos uno al otro, no nos damos cuenta por salvar a otros.
Que alguien me de respiración de boca a boca. Que alguien me tire un salvavidas.

DIA 116
Huracán. Maldito barco, estúpido barco de papel… igual que el estúpido corazón. Lluvia, viento, se moja, me moja, no soy yo, no soy yo. Lluvia que lucha contra ti contra mí. Diles que soy mala, es mejor creer que lo soy.

DIA 235
Te tire por la borda. Sin embargo llevabas contigo un flotador amarrado al barco. ¿No sabes nadar? ¿Que no te quieres ir? ¿Por qué insistes en regresar? Corta la soga cuando quieras, sin amenazas, ni advertencias. Tienes miedo de hundir este barco, por un sentimentalismo pueril.
Mírame, mira que bien sé hundir barcos. Pero mira finalmente se hacer algo bien, sin que te duela hundiré esto que no quede nada. Total es papel y al papel los deshace el agua.

Comentarios

Erranteazul dijo…
Querida aeromusa: Ahora veo por qué vos no estabas. El barco, el barco...mirá que cambiar el avión por el barco!...Qué placer no?

Aún sos bienvenida en el mío, que navega plácido sin timón, a dónde el viento mande.

Beso!

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