Misterios Gozosos V


Nunca fuiste mio, nunca fui tuya... finalmente estamos a mano.

No estaba junto a mí esa mañana nublada. No, nunca supe en qué momento salió disparado de mi corazón para irse con el viento a otro lugar, confieso que no lo cuidé como debería. Usted no tiene derecho a juzgarme, usted no sabe lo que es encontrar lo que nunca se ha buscado, y finalmente perderlo ¿ Es acaso ésta conciencia de saberte vivo, la única razón de seguir con el amor hasta los hombros?


Perdido y encontrado
I
Transitaba por las mismas calles, lo hacía porque al cerrar los ojos podía seguir avanzando sin tropezar demasiado. Caminaba tocando, escuchando. Caminaba sin buscar nada. Caminaba acaso esperando, pero la espera cansa, por eso cerraba los ojos para no recordarlo. Ese día caminó por otros lugares, con la sádica idea de perderse, desaparecer, borrarse. Abandonar nombre y adjetivos, y desnudarse de prejuicios e ideales. Dejarse ir por sendas extrañas, con los ojos cerrados, los oídos alertas, la boca entreabierta y las manos sinceras, parar a tres centímetros del abismo, y dejar que el viento le regrese lo que le robó.

II

Entré al local pequeño con olores a insomnio, libros viejos y canciones olvidadas; te vi leyendo el libro de siempre, ese con los poemas que un día Efraín te compartió. Observé tus ojos húmedos, la boca seca y el corazón sobre la mesa al lado del cigarro y un café frío. Tus históricas manos navegaban sobre las letras.
Te admiré por un rato notando que una, dos o cuatro lágrimas insolentes rodaban en caída libre por tu rostro, mojando el mantel y tu cabello. Tomaste un cigarro aspiraste con fuerza, volteaste hacia tu derecha y me observaste incrédula. "Esta, soy yo" dijiste mirándome a los ojos, entonces comprendí que mientras te buscaba, me había encontrado a mí misma, cuando el momento llegue no habrá que tomar decisiones sino que las decisiones me tomarán a mi. Estoy lista.


Comentarios

Entradas populares