Descomponiendo una carta de amor...



A ti, ... que te corresponde:


Esta es mi manera de hablarte.
De conocerte.
De explicarme que si fuese posible una comunicación real, no habría escrito y estaría muy lejos ya de aquí.
Eres el elemento que da desequilibrio a mi existencia. ¿Será por eso que te quiero?

Mi almanaque de citas: "Y con mi memoria de elefante, ¿cómo poder olvidar sensaciones que debían haber sido fascinantes? el amor es así: me atraviesa como un rayo, no me mata y sale con la orina". Tengo un almanaque lleno de frases (ya de eso no hay) tómame por tonta, pero sin peros.

A lo que me lleva tu silencio, tus ojos, estas palabras, es a encontrar el lugar adecuado, aunque sé que ese lugar no es tu oído. Por eso las palabras que han de decirse (que se dijeron) se dicen para quien las acogerá como buen abrigo en el frío, como un suculento guiso en medio del hambre y eso hago, quisiera decir, eso soy (abrigo o sinhambre), pero las cosas casi nunca son como se escriben. Lo de tus ojos es un sueño, creo. Eso que dicen tus ojos. No voy a preguntar más. Ya no diré más, porque como los culpables sé "todo lo que diga será usado en mi contra."



"Sólo este día, amigo mio" "Sólo esta Luz", como el poema de
Isabel Fraire y yo para mí tengo qué... sólo esta música, rebotando en las paredes de mi habitación desordenada, llena de nostalgia, de gritos contenidos. Abro los brazos sólo para mi, yo sólo me tengo a mí. Ya sé que en el otoño y en el invierno, en primavera y verano, que todas las estaciones llegaran con nuevos frutos que hablarán otras consignas, otras luces, otras voces, otros gestos, otra sonrisa. otro vaivén, otros tú. Siempre ha habido otros tú. Pero solo tú, asi es la sal, esta sal sólo se derrite en el ocaso.

Me gustaría decirte que ahora deliro, pero eso tu ya lo sabes. Soy loca, psicopata, ¿mitómana? Soy sincera, de verdades necesarias, todo menos consuelo, no soy consuelo y ni puerto, soy mar abierto. Si me vieras aquí, inventándote, adivinandote, como siempre lo hice como siempre fue, lo malo es saberte, saber que andas por las calles y tienes un nombre, una dirección, un lugar a donde ir, alguien a quien ver, que deveras existes. Entonces confirmo que mi insania es gratuita.

Abriría paréntesis si fuera en bien de la coherencia, pero he de confesar que sólo se hacer puntos finales. Pero con mi perene incoherencia, necedad y miedo, siempre me arrepiento, digo no y es un sí el que me explota en las sienes, despues de escribir un No. una bomba atómica se detona en mi corazón.


Tu no sabes pero me gustan las letanías, tanto como tus ojos:
Puertas del verano, ábranse a mi paso
Notas de esa canción, acompáñenme
Dulces acordes de piano, abrígenme
Voz de noche que no se borra, háblame
Grata memoria, enriquéceme
Luz y belleza de los muertos, cúbreme
Tenaz deseo, protégeme
Beso que no cesa, quédate
Caricia nocturna, quédate
Embiagadora mentira, ...
Agua del mar, purifícame
Lento correr de los días, víveme
Oración en el viento, escúchame
Voz del que amo, cállame siempre y en ese silencio hazme morir.

Esta no es la noche en altavoz, ni la aurora a la distancia. Esta es la fría mañana penetrada por un recuerdo. Estoy con el codo en la tierra y debo levantarme, acceder, creer, reír, si es necesario olvidar, olvidar y tomar del deseo sólo el recuerdo, de la gracia ese instante que cierto dejó huella, todo para estar de pie otra vez, luchando.

Te han dicho mi nombre. Sabes mi nombre. No importa, yo también tengo dirección precisa, una identificación con fotografía y un montón de palabras que responden por mí. Nada te pido, nada, mira nada. Pero aquí sigo.

Algún día alguien dirá: "Encontraron a la mujer convulsionándose, farfullando palabras rápidamente, o dichas tan lenta, como si estuviera saboreando su propia lengua", entonces estaré tranquila. Bendecida en la locura, Tocada por la gracia. Siendo lo que ya era, pero de manera evidente (tu que evidencias todo), sin ocultarme. Mira "no trato de curarme, sólo de ocultar mi locura" ¿o era al revés?

Esta no era una carta. Una carta sería así:

"Mi muy querido señor, amigo entrañable de exquisitos momentos:

Tengo el placer de informarle que he decidido abiertamente entregarme a la locura, una vez que no ha sido posible vernos mas. Espero que no lo tome de manera personal. Sé que no lo hará, a Usted, la prudencia lo visita mas que a mi, aunque sus actos lo delaten, imagino que la prudencia y ud viven juntos ¿no es así?
No es difícil usar palabras para decir, lo difícil es que los hechos coincidan con las palabras. Usted ya sabe que ha sido un placer, así que no se lo digo otra vez. Lo bueno es que no hay nada que firmar, y todo lo que pudo ser afirmado, en su momento, y quizá sólo con una mirada, una palabra o un silencio se afirmó.
Lo quiere con verdadera locura.
A*"
He descompuesto una hermosa carta de amor de
Guadalupe Angeles...
sin mucha pena,
pero por mucha necesidad... ojala la leas

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