incongruentemente

Rezo. A últimas fechas rezo bajo tu sombra, te miro como se miran a los santos en las iglesias, con desconfianza. Sí, esa es la verdad. Y es que cuando me juzgas, no me importa lo que pienses o lo que grites, me juzgas y me voy con mi sordera. Yo sorda y tu ciego, ¡vaya pareja! Pero aun así te sigo rezando.

mano que me toma... ruega por ella
espalda que lamo... ruega por ella
boca que degusto... ruega por ella
pecho que no late... ruega por ella

No, ya no te pediré nada, no soy buena para pedir. Yo me voy dando, así como si nada me voy dando como la puta que soy. Aunque ahora soy menos puta, eso si. Mira que nada tiene que ver con el score de encamamientos, pero igual soy menos puta que antes, quizas egoísta, simplemente por que quiero dejarme algo de mi misma, no darlo todo; o quizas mañana cambie de opinión. Finalmente soy yo, y aunque sea R, M, C, o cuanto cabrón se me ponga enfrente nada tiene que ver con mi entrega a ti, ¿que no vez que te rezo?. Claro que no, eres un ciego.

Sigues lloriqueando por los rincones de esta ciudad que nos odia, que nadie te quiere, que el amor se te esconde como una sabandija ruin. Lo vez eres un ciego, y un ciego pendejo además de todo. Yo te escucho y te hablo, a veces con palabras, a veces con caricias, casi siempre con presencia. Y vienes con tus tonterías:"Es que no eres tú, soy yo" Claro que eres tu; soy sorda no imbécil. "Necesito estar solo" Pero sigues buscando el hueco entre mi hombro y mi cuello por donde me aspiras el alma y los suspiros. Y todos piensan que soy tu perro, pero nadie entiende, o mejor dicho se hacen pendejos porque todos hemos sido el perro de alguien al menos una vez en la vida.

Y yo que siempre pensé que las mujeres éramos complejas, pero los hombres casi todos son unos acomplejados, tú sobre todo. Tú sobre los demás. Tú sobre mí. Pobre ciego, que no te das cuenta de que la vida es miel y veneno, que todo lo que no te digo es lo que necesitas escuchar; que todo lo que buscas es lo que yo llevo a tu casa cuando me llamas tan solo para charlar. Ciego de mi vida, tú tan tonto, tan lleno de todo lo que no tienes, que no ves que me tienes a mi?


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A: ¡Deja de gritar! Con un demonio ¿por qué hablas tan alto? ¡Que te calles te digo!
C: No puedo
A: ¡Cómo carajos no puedes! ¡Cállate de una puta vez!
C: No puedo
A: ¿Por qué malditas no?
C: Porque soy tu conciencia
A: Ah, solo que sea por eso
C: Ps si guey
A: Fuck